Define claramente a que público intentas seducir: antes de comenzar una campaña siempre debes saber a qué personas quieres conquistar porque no es lo mismo un hombre casado con hijos que un adolescente a punto de entrar a la universidad: cada uno tiene intereses, prioridades y objetivos diferentes. Sabiendo para quien estás trabajando puedes elegir la manera más rápida y eficiente de llegar a él.
Seduce a los clientes desde el principio: para que una publicidad realmente funcione es necesario que cautive desde el comienzo al público, convenciéndolo de que deben comprar el producto o servicios que les ofreces; para lograr esto es necesario usar recursos como frases memorables e imágenes atractivas.
Apuesta por la calidad: las personas prestan atención a los pequeños detalles que hacen la diferencia, por ese motivo, mucho antes de ser famoso, Steve Jobs, fundador de Apple, insistía en que cada computadora que se vendiera fuera impecable desde la máquina en sí hasta los folletos para publicitarla; tú haz lo mismo: sea cual sea el medio que uses para publicidad, presta atención a todo: si recurres al email marketing, apuesta por textos cortos con imágenes de buena definición. Aunque no lo creas, eso suma, ¡y mucho!
Escoge el momento correcto para hacer publicidad: sabiendo al público al cual piensas dirigirte y el recurso que usarás para llegar a él (redes sociales, avisos pagos en Google, email marketing, etc.) puedes definir el momento en que esas personas prestan más atención durante el día y lanzar justo ahí tu propaganda, de esa manera lograrás el máximo impacto con el mínimo esfuerzo.
Se claro: siempre trabaja teniendo en mente un principio fundamental: cualquier persona debe ser capaz de entender rápidamente lo que estás diciendo, por ese motivo, cuando ofrezcas tus productos o servicios el texto debe ser simple, directo y atractivo. Recuerda: no trabajas para expertos, sino para hombres y mujeres comunes a los que tienes cinco segundos para convencer de que sigan leyendo.
Aplica el autobombo (disimuladamente): debes remarcar los beneficios del producto o servicios que vendes; por supuesto, más allá de lo específico, toma el ejemplo de las grandes marcas y recalca que comprar lo que tu vendes le suministrará al comprador más prestigio, comodidad, estatus, etcétera.
Se creíble: para que las personas realmente crean en lo que dices, utiliza el testimonio de otros clientes que ya compraron tus productos y servicios.

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