Las redes sociales permiten que las empresas compartan de manera rápida, segura y efectiva, información relevante sobre los productos y servicios que ofrecen. Obviamente, siempre hay que tener en cuenta dos puntos fundamentales para no generar un error comercial que puede ser fatal a corto plazo.
- No hacer NUNCA referencias directas (“adquiera este producto / contrate este servicio”).
- No aburrir al lector con textos demasiado técnicos o densos.
Las empresas de todo el mundo entienden esta situación y, por ese motivo, sus promociones en Internet usan una perspectiva intimista, donde el foco se desplazó claramente de lo comercial a lo personal: Renault no ofrece solo autos, sino la posibilidad de recuperar la libertad perdida por las urgencias de la vida moderna; Nike promete ayudar a sus clientes a superar sus límites físicos y mentales; Pepsi abre la puerta a un mundo dominado por la música, la juventud y la alegría (por ese motivo, además, cada año patrocina innumerables recitales alrededor del mundo).
Sin dudas, Henry Ford fue un visionario, el primer empresario que entendió, realmente, el concepto de generar contenidos que establecieran un fuerte vínculo entre su compañía y el público.
Gracias a sus inteligentes textos publicitarios, las personas que compran un auto de la marca Ford sienten que no solo adquieren un vehículo sino una identidad que los diferencia del resto de las personas, especialmente de aquellos que prefieren a Chevrolet.
En la actualidad, todas las compañías aplican la misma idea, usando sus redes sociales para narrar historias que ponen el eje en el costado humano de la empresa y no en lo comercial: por ejemplo, los teléfonos celulares de Apple son importantes porque permiten que un padre pueda hablar con su hijo que vive a miles de kilómetros de distancia; Coca-Cola patrocina el reciclado inteligente de envases retornables para ayudar al medio ambiente, etc.
Los puntos a respetar para lograr generar contenidos exitosos en las redes sociales son, básicamente, cuatro:
- La información debe ser breve, emotiva y directa, como si se tratara de un dialogo persona a persona.
- Publicar en forma continua, siguiendo un plan bien establecido, para crear un público fiel que espere los contenidos con antelación (a nadie le interesa seguir a una empresa que solo genera material una vez al año o, peor aún, sube mucha información durante una semana y luego permanece muda durante varios meses).
- Adaptar los contenidos al lugar donde se subirán: las redes sociales son muy diferentes entre sí y, por eso, es necesario adaptarse a ellos: Facebook permite incluir textos muy largos mientras Twitter es perfecto para las frases impactantes; Instagram debe reservarse para todo lo relacionado con fotos.
- Establecer a que público nos estamos dirigiendo: no es lo mismo escribir para un hombre de cincuenta años, casado, con hipoteca y dos hijos que para un adolescente a punto de empezar la secundaria. Cada segmento del público tiene sus gustos específicos y es bueno tener este detalle muy en cuenta al generar contenidos para no desperdiciar tiempo, dinero y esfuerzo.
Resumiendo, si una empresa quiere triunfar en las redes sociales debe publicar en forma continua y sistemática, material directo, original y fresco que le permita conectar de manera real con sus clientes (tantos reales como potenciales).
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