Valora a tus clientes: cuando recibes a un posible comprador en tu negocio, hazle saber, desde el comienzo, que te preocupa, y mucho, que reciba la atención personalizada que merece, la forma más simple de hacerlo es cuidando TODOS LOS DETALLES: el local debe estar limpio, bien aireado, ser de fácil acceso y mostrar funcionalidad y practicidad. Por ejemplo, si eres doctor, asegúrate que el paciente tenga buenos sillones donde esperar su turno, revistas actualizadas a mano para leer y música agradable que escuchar.
Hazte notar: un buen cartel en el frente de tu negocio permitirá que todas las personas que pasen por allí sepan que productos y servicios ofreces; además puedes contar con coloridos y prácticos folletos para repartir en la calle donde expliques, de manera clara y directa, que es lo que ofreces, con tu dirección, teléfono, página web y redes sociales.
Impone tu marca: las grandes compañías tienen una política muy clara sobre el aspecto que deben presentar sus locales, productos y empleados, por eso, por ejemplo, en cada local de Pepsi, Coca-Cola o Apple encontrarás al personal vestido con ropa de los colores que identificar la marca y múltiples referencias a su éxito mundial. ¡Haz lo mismo! Pon tu sello en cada espacio de tu negocio… sin exagerar, pero dejando en claro quien eres y lo que ofreces.
Siempre suma un plus: agrega a tus productos y servicios un extra que marque la diferencia, por ejemplo, si vendes autos, regala una revisación gratuita al año; si comercializas computadoras, ofrece revisar el antivirus de la maquina que acaban de comprarte; si alquilas casas, hazte cargo de los gastos de la mudanza. Son detalles que suman mucho.
Recuerda que en la variedad está el gusto: no permitas que todo tu negocio se concentre, solamente, en un producto o servicio, asegúrate de tener siempre nuevas opciones disponibles para atraer a los clientes. Por ejemplo, si vendes celulares puedes ofrecer accesorios como fundas; si comercializas muebles, ofrece también almohadones, colgantes, lámparas. El objetivo es asegurar una clientela fiel durante todo el año y eso es imposible si cada producto que vendes cuesta una fortuna: contar con una opción b asegura un ingreso constante de dinero que puede parecer insignificante en el momento pero que, al hacer las cuentas a fin de mes, verás que realmente marca la diferencia.
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